Secreto ibérico con espinacas al ajillo, salsa de boniato especiado, granada, puerro y queso

Cuando recibí hace unos meses los platos de la marca Tableswing para que los empleara en mi cocina y os hablara de ellos aquí en mi blog vi uno de la colección Path que me llamó especialmente la atención por sus tonos, automáticamente pensé que lo usaría para hacer alguna receta en otoño. Fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando lo vi, supongo que por los colores que usaron para su elaboración.  Y lo he tenido guardado hasta ahora, dándole vueltas al coco, pensando qué receta me vendría bien para presentarla en este plato de formas ondulantes que, como digo, a mí se me antoja con tintes otoñales. Y por fin llegó el momento, hoy traigo una receta riquísima, se trata de Secreto ibérico con espinacas al ajillo, salsa de boniato especiado, granada, puerro y queso.

El secreto ibérico de cerdo es una de las carnes que más suelo cocinar en casa. Me gusta mucho su textura y su sabor. Una veces lo combino con verduras, otras con patatas, o con alguna salsa. Como me gusta tanto, pienso que siempre queda bien con todo.

Os cuento los ingredientes que usé para hacer la receta de hoy:

- Una bolsa de espinacas limpias

- 2 dientes de ajo

- Aceite de oliva virgen extra

- Una granada

- Sal negra

- Sal común

- Un boniato pequeño (175 g)

- 10 g de mantequilla

- 15 ml leche

- Un palo de canela

- 2 clavos de olor

- 1 anís estrellado

- Queso viejo de oveja

- 300 g de presa ibérica de cerdo

- Una cucharadita de maicena

Primero pelé el boniato y luego lo puse a cocer en un cazo con agua junto con la canela, el clavo y el anís. Lo mantuve unos 20 minutos aproximadamente, hasta que estuvo tierno. Lo saqué del agua (este agua la reservé para usarla más tarde), aparté las especias, y puse el bonitao en el vaso de la batidora junto con la leche y la mantequilla. Lo batí todo hasta obtener una crema uniforme. La puse dentro de un biberón de cocina.

A continuación puse en una sartén un chorreón de aceite de oliva, cuando cogió temperatura añadí las espinacas. Mientras pelé los dientes de ajo y los corté en trocitos pequeños. Di unas vueltas a las espinacas en la sartén y puse el ajo picado, junto con una pizca de sal. Aparté las espinacas cuando estuvieron bien hechas, a mí personalmente me gustan bien refritas, incluso que el ajo coja un poco de color y se dore un poco. Ya sé que hay quien mantiene que el ajo es mejor no pasarse con él, pero a mí me gusta cuando se dora un poquitín, sin que se queme. Una vez que las espinacas estuvieron cocinadas las reservé.

La presa la corté en varios trozos y la asé en una plancha con unas gotas aceite de oliva, por ambos lados, hasta que se doró la carne.

Luego cogí una sartén, eché un par de cazos del agua que tenía reservada (en la que había cocido los boniatos) y la puse a calentar. Mientras tanto cogí un vaso y lo llené por la mitad de agua, en el vaso diluí una cucharadita de maicena. Lo incorporé en la sartén, con una pizca de sal y el aceite que me quedó en la plancha de haber asado la carne. Lo mezclé todo bien y dejé en la sartén hasta que espesó un poco toda la mezcla.

El puerro lo corté en rodajas muy finas y lo freí en abundante aceite muy caliente, hasta que se doró.

La granada la pelé y la desgrané.

Del queso saqué unas lascas usando un pelador.

Para montar el plato puse una base de espinacas al ajillo, encima la presa junto con un poco de puerro frito. Con la ayuda de un biberón de cocina puse un poco de la crema de boniato. Acabé poniendo unos granos de granada, un poco de sal negra, las lascas de queso y un poco de la salsa espesa que hice con el agua de haber cocido los boniatos.

Tableswing cuenta con un gran equipo que crea, diseña y fabrica sus colecciones tanto para Hostelería como Hogar. Une las fuerzas del conocimiento de más de 75 años en la fabricación de porcelana de una empresa propia en España, el conocimiento del mercado del equipo comercial, con las posibilidades que nos ofrece una fábrica en Asia que les brinda la posibilidad de hacer sus propios diseños.

Os animo a que hagáis la receta, si la carne os gusta, os va a encantar. Yo especié el boniato con clavo, canela y anís, pero podemos hacerlo con las especias que más nos gusten, ya sabéis de sobra que la cocina es imaginación y que las recetas las podemos adaptar a nuestros propios gustos, faltaría más. Cuando llego a este punto muchas veces me ocurre lo de hoy, que pocas cosas más tengo que contaros, así que no me alargo. Yo me quedo aquí, cocinando y pensando en la próxima receta. 

Para la elaboración de esta receta he recibido muestras de Tableswing a la que agradezco su colaboración.