Ensalada rica y sana para que nuestros buenos propósitos del mes de enero no caigan en el olvido

Pues sí, llega febrero y esos buenos propósitos de comienzo de año no pueden caer en el olvido, tenemos que cuidarnos y mimarnos, tratar de mantener una alimentación sana es fundamental y por eso aparezco hoy por el blog con otra ensalada.

 

Por cierto, hace unos días hablábamos de la Navidad, de las fiestas, de las reuniones familiares y de pronto las rebajas de enero y su temida cuesta pasaron por encima de nuestras cabezas hasta llegar a este segundo mes del año, febrero, donde la cuestión ahora supongo que es pensar en qué disfraz nos pondremos dentro de unos días...

 

 

 

La idea de hoy es hacer una Ensalada con rúcula, queso y persimón. Ingredientes sencillos, que combinados con cierta gracia, nos dan la oportunidad de saborear un plato de primera. Ya he contado alguna vez que me cuesta un poco comer frutar, aunque me obligo a ello, y creo que es por pereza, o por manía, aunque realmente no sé la razón. Así que de vez en cuando añado fruta a las ensaladas y así no me causa conflictos internos ;)

 

Hace tiempo que incorporo la fruta a las ensaladas, recuerdo que de pequeño esta idea en casa era impensable. En casa se hacía ensaladas de tomate, lechuga y cebolla, a veces con un poco de atún, pero este mundo a cambiado tanto...

 



 

 

 

 

Para elaborar la receta de hoy he contado con El Aceite de Oliva Virgen Extra de Tejefín, sinónimo de máxima calidad. Conserva intactas todas sus características sensoriales y propiedades para la salud. Este aceite, se puede considerar zumo de aceitunas sin aditivos ni conservantes, con una acidez menor al 0,8% y alcanzando unas características sensoriales agradables e identificables.

 

Un aceite elaborado en tierras que han sido heredadas de generación en generación desde tiempos remotos. He aquí el homenaje a nuestros antepasado, nombrando al aceite “Heredad de Tejefín”. Cabe decir, que la palabra “Tejefín”, procedente de la lengua de las tribus árabes “bereber”. Su significado sería “El Jefe”, “la cabeza visible”. Podemos comprender mejor la explicación teniendo en cuenta la colina que hay en sus tierras de olivos, donde se puede apreciar la cabeza de un tuareg con su turbante. Se puede afirmar, que es la “El Cabezo de Tejefín”, quién cuida y protege las tierras de nuestros olivos.

 

Desde 2005, Heredad de Tejefín cultiva Aceite de Denominación Virgen Extra buscando siempre la máxima calidad.

La arbequina cultivada en sus tierras, es originaria de Cataluña y se ha hecho extensa durante el último periodo en tierras andaluzas. Esta oliva, de tamaño pequeño y redondeada, simétrica, sin pezón y de color negro en su maduración, es recolectada cuando el verde empieza su transformación hacia el marrón. En ese momento, la esencia que se extrae tiene la mayor gama de sabores para su degustación.

 

Una vez recolectada la oliva en el momento adecuado de maduración, en la almazara (el molino del aceite), se realiza la molienda. La baja velocidad y el control de la temperatura hará obtener flor y nata del producto. Este será su primer prensado, donde se obtendrá el zumo de oliva. Decantan el zumo en las bodegas hasta proceder a su envasado. Con esto consiguen el aceite en rama, directo del el árbol a la botella, siendo un Aceite Virgen Extra con un frutado de grado medio, moderadamente dulce, con un leve toque de amargor y un picante medio, siendo calificado como Equilibrado y manteniendo la esencia de las tierras de Tejefín.

 



 

 

 

Los ingredientes que vamos a usar para preparar la receta de hoy son los siguientes, las cantidades las adecuaremos lógicamente a nuestras necesidades:

 

- Una bolsa de rúcula

- Un persimón

- Queso para untar crema de Camembert

- Unas regañás

- Aceite de oliva virgen extra

- Sal rosa

- Mozzarella

- Flor de hibiscus comestible

- Semillas de sésamo

 

 



La elaboración no puede ser más sencilla, como viene siendo habitual en este tipo de ensaladas:

 

Primero pelé el persimón y lo corté en trocitos pequeños. Los dispuse en el plato, al lado coloqué la rúcula, también un par de regañás untadas con crema de queso camembert, una loncha de mozzarella y la flor de hibiscus.

 

Para acabar el plato puse unas cuantas semillas de sésamo, una pizca de sal rosa y un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra.

Y hasta aquí mi propuesta, no dejéis de hacerla en casa si tenéis la oportunidad. La fruta con el queso ligan de maravilla y la rúcula nos dará el toque verde típico de las ensaladas. Tampoco dejéis de probar este aceite de oliva virgen extra, cuando usamos ingredientes de primera enriquecemos el plato una barbaridad, de esta manera nuestros sentidos se mantienen alerta y disfrutamos mucho más con el plato.

 

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Para la elaboración de esta receta he recibido muestras de la empresa Heredad de Tejefín a la que agradezco su colaboración.