Una de brochetas

Hoy toca una receta que nació por casualidad, de las denominadas de "aprovechamiento". La cosa está como para deshacernos de lo que nos ha sobrado en la cocina ¡Eso nunca! Una manera de economizar tiempo y dinero es aprovechar de la mejor manera posible todo lo que nos queda en la nevera. A veces es suficiente con pensar un poco y seguro que ahorraremos mucho trabajo.

Resulta que hace unos días cogí una fuente de cristal y la rocié con un excelente aceite de oliva virgen extra, procedente de cultivo ecológico, premiado por la Denominación de Origen Sierra Mágina, de Directo del Olivar, encima coloqué unas rodajas de patata y otras de cebolla, un poco de sal, una pizca de pimienta y unas salchichas. Es algo que hacemos mucho en casa, a veces colocamos también algún pimiento cortado a tiras, unos dientes de ajo y otras cambiamos las salchichas por butifarras. Es una receta muy cómoda, lo pones en el horno a 180º y casi que te olvidas del tema. Le das alguna vueltas de vez en cuando y vas controlando hasta que la patata esté en su punto, una media horita o 45 minutos, depende del horno y de la cantidad de patatas.  También suelo a media cocción echar un chorreoncito más de aceite de oliva virgen extra. Y otro truquillo para que quede todo más dorado es dar un golpe en el último momento con el grill. Las patatas así al horno quedan de miedo. Es una receta de las de siempre que le copié a mi mujer ;)

Pues como decía, me sobraron unas patatas y una salchicha, no había suficientes para servir ni un plato principal, así que cogí unos palos de madera para brochetas y coloqué unas rodajas de patatas, un poco de cebolla, unos trozos de salchicha y unos pimientos del piquillo. Les dí un golpecito en el microondas antes de servir y quedó un pincho de miedo, de esos que cuando los tienes delante es imposible decir que no te los comes...

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Para la elaboración de esta receta he recibido muestras de la empresa Directo del Olivar a la que agradezco su colaboración