De vez en cuando me gusta compartir en el blog alguna ensalada, ya he contado multitud de veces que en casa las comemos durante todo el año y esta de hoy es una de esas que me encantó, por las texturas, por el sabor, por el aroma... y por el Aceite de Oliva Virgen Extra que usé, en este caso de la marca
La Sahita.
La Sahita es, en todas sus variedades, Aceite de Oliva Virgen Extra 100% garantizado. Producen y comercializan productos innovadores de gran calidad y distinción con un alto compromiso hacia el medio ambiente.
Elaboran productos culinarios beneficiosos para la salud y apuestan por deleitar a los paladares más exigentes a través de los aceites virgen extra de alta calidad, gracias al trabajo de investigación y a la colaboración de magníficos profesionales del sector del aceite.
Como 100% Oliva Virgen Extra,
La Sahita debe superar dos controles específicos. En primer lugar, en laboratorio se comprueba que una serie de parámetros sean correctos, el más famoso es la acidez, debiendo ser menor de 0,8% y que indica en porcentaje el número de ácidos grasos libres expresados en ácido oleico.
Le sigue el control organoléptico, un panel de cata debe catalogar ese aceite de oliva como virgen extra, para lo cual el aceite debe tener entre todos los catadores del panel una mediana del defecto igual a cero, y una mediana del frutado positiva.
La finca “
La Sahita”, se encuentra situada en el corazón de Extremadura. Aunque gracias también a su inmejorable clima y particular suelo, propicia unas condiciones únicas para el cultivo del olivo. Inviernos fríos que eliminan del olivo los insectos y veranos cálidos que permiten el mejor desarrollo del fruto. Sus miles de árboles de cultivo superintensivo aseguran la calidad en todo su proceso. El proceso se realiza de forma mecánica, eliminando la influencia humana y asegurando el mínimo de tiempo entre la recogida y su molturación.
En La Sahita, se caracterizan por cuidar su producto en todos los procesos. Es por eso que el cuidado de los olivos se lleva a cabo por los mejores especialistas y expertos en olivicultura, los cuales aplican una moderna técnica que permite recoger de forma automática sólo la aceituna del árbol, sin dañarla y en el mejor momento de maduración posible (máximo afrutado y mínima acidez), evitando que la aceituna toque el suelo y sufra golpes.
Además, se cuenta, desde su inicio, con el asesoramiento externo del mejor equipo de expertos agrícolas del país a través de la empresa Todolivo. Esta empresa les mantiene informados de todos los avances por sus constantes estudios en colaboración con la Universidad de Córdoba.
Fijaos que presentación tan atractiva tienen los productos de
La Sahita, sus envases son realmente atractivos y, lo más importante, el aceite es de categoría superior. No sé si tenéis pensado hacer algún regalo los próximos días, pero estos estuches hay que tenerlos en cuenta, porque enamoran a primera vista, os animo a pasar por su
página web. Precisamente en casa ya conocíamos esta marca hace algunos años, porque un familiar nos regaló una botella con un diseño muy chulo relacionado con Dalí y la tenemos guardada con mucho cariño.
Ahora paso a enumeraos los ingredientes que usé para hacer esta ensalada, no sin deciros que como otras tantas veces me resulta muy difícil especificaros las cantidades exactas, os pido que me disculpéis, pero en este tipo de elaboraciones para mí lo más importante es captar la idea de la receta y luego poner en práctica el sentido común a la hora de elaborarla:
- Romanesco
- Calabacín
- Rábanos
- Mandarina
- Perlas de Mozzarella
- Vinagre de Jerez
- Sal
- Aceite de Oliva Virgen Extra variedad Aberquina La Sahita
- Berberechos
- Cava
- Diferentes hojas de brotes de lechuga
Ahora paso a contaros cómo hice la ensalada de hoy:
Lo primero que hice fue poner los berberechos en un recipiente con agua y un puñado de sal, durante 3 horas, para que fueran soltando la arena. Luego los lavé bien, con agua bajo el grifo, durante unos minutos.
Seguidamente lavé el calabacín y con la ayuda de un pelador corté unas lonchas finas. Luego las puse en un estuche de silicona apto para microondas, con un poco de agua, durante un minuto a máxima potencia.
Luego cogí unos trozos de romanesco y los puse dentro del estuche de silicona, con un poco de agua, también durante un minuto a máxima potencia, en el microondas.
En el mismo estuche de silicona puse unos berberechos, con un chorreón de cava y una cucharadita de agua, durante un minuto a máxima potencia en el microondas.
La mandarina la lavé con agua y la pelé. La piel la corté en tiras y luego en trocitos pequeños. A los gajos les quité la piel y los corté en trocitos pequeños.
Los rábanos los lavé con agua y los corté en rodajas muy finas.
A la hora de montar el plato puse una base de lonchas de calabacín. Encima de éstas coloqué unos trozos de romanesco, los berberechos, las rodajas de rábano, las bolas de mozzarella cortadas por la mitad, los trocitos de mandarina y las hojas de lechuga.
La vinagreta la hice mezclando Aceite de Oliva Virgen Extra Sahita, un poco de vinagre de Jerez, los trocitos de piel de mandarina y una pizca de sal.
Y el resultado de todo este proceso lo podéis ver en la foto que sigue.
Ya solo me queda contaros algunas observaciones sobre esta ensalada, primero deciros que el resultado fue un plato muy delicado, con unos contrastes muy ricos. Las verduras, al haber estado tan poco tiempo en el microondas, casi tenían el punto de crudités. Los berberechos, que ya tenían el puntillo del cava, con los trocitos de mandarina ligaron de miedo. Por cierto, dudé mucho si poner los berberechos con conchas o sin ellos, pero al final opté por dejarlas. Y no me quiero olvidar del puntillo amargo picante de los rábanos.
Y la vinagreta, una pasada. Puse muy poco vinagre, pero ya sabéis que esto va a gusto de cada uno. Por cierto, mira que es a veces complicado escoger el nombre para una receta, siempre procuro que más o menos que, el que escojo finalmente, se ajuste a lo que lleva el plato y resuma, de algún modo, la filosofía del mismo.
No me quiero ir sin deciros que en casa cocino para dos personas, por eso hago dos platos como el de la foto habitualmente. Por este motivo me suele sobrar, por ejemplo, romanesco, rábano, berberechos... pero en casa se aprovecha todo. El resto del romanesco también lo hice en el estuche de silicona, con un poco de agua, en el microondas, y luego lo salteé en una sartén con aceite y ajo muy picado. Los rábanos restantes los lavé bien, los corté por la mitad y los aliñé con aceite de oliva, vinagre y sa. Los berberechos que me quedaron los hice al cava con Thermomix... y así con todo lo demás, todo se aprovecha. es lo que me enseñaron a hacer desde bien pequeño.
Os animo, como siempre, a que hagáis esta ensalada en casa, al fin y cabo esa es la razón principal por la que comparto mis recetas. ¡Cuidaros!
Para la elaboración de esta receta he recibido muestras de la marca La Sahita a la que agradezco su colaboración.